Ocasionalmente, se descarga el condensado proveniente de procesos donde puede haberse contaminado con líquidos corrosivos.
Por ejemplo en muchas industrias de recubrimientos electrolíticos, el condensado de los serpentines que hay en los tanques de solución ácida es sospechoso por la alta probabilidad de fugas en los serpentines. También puede tratarse de condensado del vapor de escape de un motor, que arrastre restos de aceite. En ambos casos, el condensado resulta inadecuado para utilizar como alimentación de la caldera por riesgo de que se produzcan espumas, cascarilla y corrosión, tanto en la caldera como en las tuberías.
Por otro lado, aunque esté contaminado, el condensado aún transporta el mismo calor útil que el condensado limpio. Una de las oportunidades de mejora para mejorar el rendimiento de los Sistemas de Vapor pasa por intentar intentar recuperar la mayor parte del contenido de calor, y en determinadas circunstancias, incluso el agua residual podría ser utilizada en el proceso.
El siguiente diagrama muestra uno de los intercambiadores de calor más simples: uno que nos permitirá recuperar el calor del condensado antes de verterlo al desagüe.
El condensado contaminado caliente es llevado a un depósito, provisto de un rebosadero por donde sale el agua fría de la parte baja. El agua fría de reposición para la caldera circula por un serpentín, y absorbe calor útil a la vez que enfría el agua que hay en el tanque. Esta instalación puede ser muy efectiva, y si la temperatura del agua de alimentación aumenta 6ºC recuperando una energía que de otro modo se desecharía. Si hablamos de ahorros en costes de la recuperación de condensados, se conseguirá un ahorro de combustible de aproximadamente un 1%. La siguiente instalación muestra como se puede economizar la energía.
Se lleva el condensado a un tanque de recuperación de revaporizado, y el revaporizado que se libera se utiliza para alimentar un serpentín, que precalienta el agua de alimentación de la caldera.
El condensado de inferior presión que sale del serpentín, junto con el del tanque de revaporizado, se utiliza en los tanques de lavado en caliente. En algunos casos será efectivo descargar el condensado, (y el revaporizado) de los tanques de electrólisis directamente a los tanques de lavado en caliente.
Se puede utilizar una instalación similar en las calderas alimentadas con fuel-oil pesado procedente de tanques calentados. El condensado procedente de los calentadores de tanques es sospechoso de contaminación por las posibles fugas de combustible que pueda haber en el serpentín, y con frecuencia se tira al desagüe, sin tener en cuenta que el revaporizado que se recupera de este condensado podría ser útil para precalentar el agua fría de aportación de la caldera.
En cualquier instalación que haga uso de líquido contaminado deberá estudiarse el ‘caso más desfavorable’. Por ejemplo, si el condensado corrosivo del caso anterior estuviese en el serpentín, a presión, cualquier fuga del serpentín contaminaría el agua de alimentación. Inversamente, ¿Cuál sería el efecto en caso de obstrucción de la salida al desagüe? ¿El nivel de contaminantes y la temperatura son tales que se requiere un muro de protección? El ingeniero de planta es quien debe tomar la decisión de si este modo de recuperación de energía es seguro y económicamente viable.
A menudo se emplean sistemas para detectar los cambios en la conductividad del condensado. Cuando se produce un cambio, puede significar que existe condensado contaminado. Cuando esto sucede, se abre una válvula de descarga rápida, permitiendo el drenaje del condensado. En algunos países, como Alemania, el monitorado continuo del condensado es un requisito legal.
Si quiere saber más sobre cómo gestionar el condensado contaminado en la industria química y en otros sectores industriales suscríbase al Newsletter de Vapor para la industria donde encontrará información actualizada para ingenieros responsables de plantas e instalaciones de vapor.
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