El vapor se puede contaminar por la corrosión en las tuberías de condensado. En algunos casos esta contaminación es ocasionada por por el flujo de vapor que va erosionado el material. La corrosión suele formarse en codos, cambios de ángulos y cambios bruscos de sección dentro del sistema de vapor. Al golpear las gotas de condensado repetidamente la tubería en los codos, el condensado puede causar el adelgazamiento gradual de la pared de la tubería.
Las tuberías de acero, que se utilizan comúnmente en los sistemas de vapor industrial, contienen una cantidad significativa de hierro que es muy vulnerable a la oxidación bajo ciertas condiciones donde la superficie del metal se encuentra expuesta al aire y el agua.
En instalaciones de vapor que llevan mucho tiempo funcionado existe un riesgo alto de que exista aire y agua. Esta situación aumenta el avance del óxido. Es importante tener en cuenta el tipo de sistema de recuperación de condensado, si el sistema de recuperación es de tipo abierto se generará más óxido que en un sistema cerrado debido a que en este existe una mayor exposición al aire.
El aire y los otros gases no condensables deben eliminarse ya que además de poder producirse una transferencia de calor deficiente existen importantes problemas de corrosión en las tuberías de condensado. Un buen punto de partida en cualquier proyecto para mejorar la recuperación de condensado, además de ser una de las medidas más rentables, es encargar una revisión profesional de purgadores de vapor para identificar las mejoras que se podrían lograr.
La corrosión en tuberías de condensado pueden ocasionar fallos en los purgadores al acumularse en los asientos de las válvulas ocasionado obstrucciones. Estas averías pueden ser extremadamente costosas en términos de calidad del producto final, seguridad y pérdida de energía.
La presencia de restos de metal en la recuperación de condensado disminuye también la calidad del agua y puede causar incrustaciones o depósitos de suciedad dentro de las calderas al evaporarse el agua recuperada, dejando atrás el metal.
Cómo contener la corrosión en tuberías de condensado
Hay dos formas comunes de superar este riesgo. La instalación de un pozo caliente equipado con medidores de conductividad y turbidez para detectar la contaminación. Cuando se detecta, los controles automáticamente desencadenar la eliminación del condensado contaminado antes de que alcance la caldera.
Los detectores deben estar situados de forma que sólo se elimine el condensado contaminado . Puede que sea necesario monitorizar y eliminar cada fuente de condensado de forma independiente.
Otra solución consiste en utilizar intercambiadores de calor para extraer la energía del condensado contaminado. De esta manera se recupera una parte importante de la energía, aunque el condensado contaminado en sí se pierda.
Contener la corrosión en las tuberías de condensado puede requerir diferentes consideraciones de diseño. Un correcto dimensionamiento para que pueda manejar el flujo de dos fases es la clave.
Algunos tratamientos superficiales ofrecen protección contra la corrosión a la tubería de acero al carbón, pero aún no son tan resistentes como el acero inoxidable. Es de entender que por razones de costes el acero al carbón es típicamente el material estándar para las tuberías de distribución de vapor. Los tratamientos puede proteger temporalmente el acero y disminuyen el proceso de erosión y de corrosión.
Una vez que el adelgazamiento de la tubería ocurre, la pared perderá su espesor cada vez más rápido. Esto es porque el condensado a alta velocidad no sólo causa daño físico a la tubería, sino que acelera la corrosión al remover el tratamiento superficial interno de la tubería.
El vapor industrial debe producirse normalmente usando agua blanda, descalcificada o tratada por ósmosis inversa, que se calienta y después se debe tratar químicamente para prevenir la corrosión y formación de incrustaciones dentro del sistema. Una dosificación insuficiente de productos químicos puede producir una corrosión excesiva y formación de incrustaciones en el sistema de vapor y condensado.
Para minimizar los efectos potenciales de incrustaciones y corrosión en el sistema de vapor y condensado recomendamos seguir un programa de tratamiento de agua aprobado. El dióxido de carbono y oxígeno en particular pueden causar una corrosión severa de las tuberías de vapor/condensado y de la caldera. Los productos resultantes de la corrosión pueden precipitarse formando depósitos que pueden contaminar el suministro de vapor y cualquier área donde se use vapor.
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